Recuerdo cuando Jane Goddall (Primates) en uno de sus podcasts cuestionó: «¿Hemos perdido la SABIDURÍA? !Podemos enviar cohetes a la Luna y a Marte, pero no podemos cuidar del único hogar que tenemos».
Nuestros hijos observan, imitan, obedecen e interiorizan las condiciones externas de su vida como un acto de puro amor incondicional. Cada acto de cómo nos comportamos es aceptado y registrado como el vocabulario básico y desarrollado en una gramática de comportamiento por los más pequeños de nuestra familia humana.
El cambio climático, el aumento de la violencia y la agresividad, el distanciamiento social, una pandemia, una sociedad digital cada vez más unificada y la destrucción de nuestro planeta están provocando que nuestro colectivo humano se encuentre en un estado de trauma.
Tiffany Fields, neurocientífica de renombre internacional y DIRECTORA DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN TÁCTIL de la Facultad de Medicina de Miami, me dijo en una reunión reciente que LAS FAMILIAS ESTÁN EN LAS REDES SOCIALES. Confirma que «… nuestros hábitos digitales están desgarrando nuestro ‘tejido social humano’ y …al mismo tiempo …. ¡nunca hemos tenido tantos tiroteos masivos en EE.UU. como este último año, especialmente entre jóvenes que se disparan entre sí!
La falta de tacto, el hambre de tacto colectivo y el distanciamiento social están provocando agresividad y violencia, sobre todo en el hogar.
Francis McGlone, neurocientífico de la Universidad John Moore de Liverpool, que también apoya la Educación Mindful-Touch, me confirmó hace poco que es muy importante que la gente entienda el MECANISMO DEL TACTO para que se dé cuenta de la importancia que tiene para nuestra supervivencia.
La pérdida de nuestra sabiduría afecta directamente a nuestra humanidad, es decir, a la forma en que nos relacionamos y cuidamos unos de otros, de otras especies y de nuestro planeta. Tanto la pandemia como el desarrollo acelerado de nuestra sociedad digital apuntan a nuestra familia humana. Nos encontramos en ese importante punto de la evolución humana. ¿Hemos incluido a la familia humana en la cola de la extinción?
Entonces, ¿sigue siendo pertinente la pregunta: ¿ESTAMOS PERDIENDO EL TACTO?
Escrito por Rita Griesche